San Francisco, Telde.

Paseo por el Barrio San Francisco (Paz) 和平

San Francisco.

Nuestra ruta en memoria de Sanmao continúa en el blanco barrio de San Francisco, en pleno centro histórico de Telde. 

Separado de San Juan por la misma calle León y Castillo, la tranquilidad del barrio de San Francisco invita a dejarse llevar por la serenidad y a recorrer sus recovecos y callejuelas sin prisas.

El calzado preferido de Sanmao sería el recomendable para estas calles de adoquines. Ella, que adoraba las sandalias y las zapatillas de tela, decía que “ir cómoda y natural es el mayor reconocimiento y respeto que se puede sentir hacia la vida”.

Y esa es nuestra recomendación para Ud, amiga viajera, amigo viajero. No deje de pasear por San Francisco, pero elija hacerlo sin prisa. 

Barrio San Francisco
Barrio San Francisco

El barrio blanco.

El barrio histórico-artistico de San Francisco, antaño nominado como Santa María Lantigua, ha sido testigo fiel y silencioso de importantes sucesos, de parte destacada de la historia de la isla. Aconteceres históricos que se recuerdan anualmente en recorridos nocturnos y diurnos.

Las calles blancas llevan los mismos nombres desde hace casi quinientos años, y catorce cruces de madera, todas diferentes, recuerdan el viacrucis que realizaban los monjes franciscanos que se asentaron en el lugar.

San Francisco

Por estas calles paseó Echo Chen, y quién sabe cuántas veces. Por las calles de San Francisco andaba en busca de la inspiración con la que sin duda cualquier alma creativa acaba topándose en el lugar.

Otras veces Sanmao andaba a visitar la casa de “las señoras Guo” dos hermanas chinas muy mayores y humildes que tenían como inquilino a un buen amigo de Sanmao, Chistopher Markt, el escritor alemán de espíritu atormentado que la escritora tomó bajo su protección, llevada por ese sentimiento de generosidad característico de Echo Chen.

Llegaron a tener una gran amistad, ella lo cuenta así: “Cada vez iba con más frecuencia a su casa y hacía compañía a aquellos tres extraños con los que le había cruzado el destino”. Llegó el día en que su amigo escritor, el alemán Markt, enfermó. Por ser extranjero sus gastos médicos no podían ser atendidos en la Seguridad Social, no sin abonar una cantidad de dinero de la que él no disponía, y Echo Chen se vio abocada a ayudarlo. Aquel episodio lo relata también: “¡Qué sociedad tan cruel! Si las personas no siguen obedientemente el camino establecido, ya saben lo que les toca; Aguantar los latigazos de la vida. ¡Sin seguro estás condenado a una muerte segura! ¡Quién te manda desobedecer las normas! ” 

La ciudad de Telde fue conocida, en un tiempo lejano, como “La ciudad de las brujas”, y ese adjetivo novelesco no le pasó desapercibido a Echo Chen, quien después de dos años viviendo en la isla tenía muchas ganas de dejar constancia de las conductas y manejos que empleaban los antiguos curanderos de la zona. Curanderos que decían combatir enfermedades que ella había experimentado en sus propias carnes. En Diarios de Las Canarias, dedica un capítulo a este asunto.

Barrio de San Francisco
Barrio de San Francisco

Salimos del barrio de San Francisco por la calle Inés Chemida, allí donde un pequeño y hermoso acueducto nos acoge e invita acercarnos a un yacimiento arqueológico con vestigios prehispánicos que muestra lo que se puede encontrar bajo los cimientos de las casitas blancas y encaladas del barrio. 

San Francisco

¡Soy libre..soy libre!

Seguimos avanzando hasta llegar a la Plaza de San Juan, parada obligatoria de cualquier visitante de Telde. Otra curiosidad. En esa misma plaza la escritora aprendió a patinar. Uno de sus amigos lo cuenta así: “José María había fallecido, ella se encontraba muy triste. Le dije a Echo Chen, hagamos algo que siempre soñaste hacer y aún no has hecho…Y ella contestó -¡patinar! Compré unos patines blancos y allí la recuerdo abriendo las manos para mantener el equilibrio decía- ¡Soy libre..soy libre…!” 

Ese parque sigue siendo un lugar bonito para sentarse un rato bajo sus laureles de indias. 

En la misma plaza se encuentra la Basílica de San Juan. Uno de los edificios históricos más importantes de la isla. De estilo gótico tardío, la iglesia es una de las más antiguas de Canarias y guarda auténticos tesoros.

Tesoros como su retablo flamenco del siglo XV, la imagen del Cristo de Telde, moldeado en pasta de maíz por indígenas de Michoacán, en México, o tallas del imaginero grancanario José Luján Pérez, uno de los más importantes escultores religiosos de los estertores del XVIII español. 

San Juan